Este es el comienzo de una hilarante aventura que llevará a nuestro protagonista a reflexionar sobre aquello que le caracteriza: ¿quizás la cicatriz en su rodilla?, ¿sus manos pegajosas?, ¿el amor que siente por las bellotas y por su abuela?, ¿o bien la forma como guiña un ojo? Kenta enumera todo lo que le viene a la mente, desde detalles sobre su familia y características físicas, hasta las cosas que le gustan y le disgustan. Pero cuanto más lo piensa, más complicado le resulta describir su “yo”. Ese robot soy yo es un libro desternillante y perspicaz para acercar a los niños a la filosofía y sugerirles algunas de las grandes preguntas de la humanidad en torno a quiénes somos y qué nos hacer ser especiales.